Las cosas importantes sobre la viralidad. Retos a conseguir.
Llega el momento de los temblores, un sudor frío recorre tu cuerpo,
tragas saliva… -¡Dios mío! ¿Un viral? De acuerdo. Te acomodas en tu
asiento y ante esta pequeña incertidumbre inicial, te pones a trabajar.
Aquí nacen
los retos de la viralidad.
Ya sabemos que no hay verdades absolutas en creatividad y los
resultados que obtengamos no los podemos predecir con la bola de
cristal, pero -esta vez-, nos permitimos partir desde lo que a nuestro
alrededor hemos podido vivir.
- Primer reto – Saber diferenciar entre lo viral y lo no viral
Partiendo desde la base de que la viralidad es un spot con un bajo
presupuesto, podemos hacer una clara diferencia entre lo que no es viral
y lo que es viral.
La diferencia más clara es que en el primer caso desarrollamos una
serie de ideas para que el público se “coma” nuestro spot de forma
obligada, mientras que cuando hacemos lo segundo, o al menos lo
intentamos, conseguimos que esas ideas, sean comestibles para el
público, se interesen por verlo, por compartirlo y visualizarlo una y
otra vez.
- Segundo reto – El saber hacerlo viral ¿Cómo lo hago comestible?
La
sencillez es el concepto que realmente atrae y
que consigue que en la mente del espectador suene un “brillante”, algo
puro y que vaya al grano, lo verdaderamente interesante se relata de
forma muy corta e impactante. Y por supuesto, no puede fallar el
centrar la historia en algo o alguien, un personaje, una situación, el
protagonismo y junto él la
empatía que sentimos cuando vemos ese personaje, algo tan sencillo podría pasarte, a ti mismo, en cualquier momento.
La segunda característica es lo
insólito, algo que aunque no sea nuevo nos haga salirnos de la rutina. Esto ciertamente esta relacionado con otro concepto que es la
oportunidad, estar en el sitio indicado, en el momento preciso.
Todo el conjunto de características pueden dar un resultado común,
más allá de la idea rompedora, la idea innovadora, el concepto que
descoloque, que no se averigue al primer vistazo, que genere
incertidumbre y tensión; un contenido que no sea ni blanco, ni negro,
sino que sea gris, no por pasar inadvertido, ya que este tipo de
conceptos suelen rozar el limite de la ilegalidad.
- Tercer reto – Conseguir el movimiento
Obviamente, la clave de la viralidad es su movimiento, pero ¿en qué
medida una agencia, un creativo, puede controlar la amplitud que tiene
que conseguir? No estamos hablando sobre la inversión que nos condiciona
más o menos el alcance, sino de que nuestro vídeo -por si solo- es el
que tiene que funcionar y conseguir conquistar a la gente para que ellos
lo muevan.
Y, aunque sabemos que hay unos temas clave que funcionan, ¿cómo
sabremos si gustará a la gente? ¿Cómo conseguir algo rompedor, que no
ofenda? La presión que se tiene antes de que “estalle” es tal, que la
palabra “viral” produce un sensación de rechazo. Es labor del creativo
que no suceda esto, o que suceda el menor tiempo posible.
- Cuarto reto – ¿Viralidad real?
Son famosas las técnicas que hacen que un viral, no sea del todo un
viral, ¿técnicas oscuras y malvadas? o ¿simplemente una pequeña
ayudita? Este podríamos decir que es el gran reto. Ya
hemos aceptado hacerlo, ya hemos dado con esa idea que creemos que puede
funcionar bien y vamos a proceder a lanzarlo para que vuele. Parece que
todo va rodado y nadie nos puede parar, pero entonces pensamos… ¿Y si
no llegamos al mínimo de reproducciones previstas? ¿Y si nuestra querida
pieza queda en el “cielo” de los vídeos? ¿Y si no conseguimos
publicity?
A veces, el miedo puede con nosotros, y recurrimos a la compra de
visualizaciones en youtube (entre otros). Esto lo único que hace es
convertir el vídeo que hemos creado en viral, pero sólo a ojos del
cliente. Y ¿es esto lo que queremos? En teoría, el vídeo ha sido
visualizado por tantas personas como hemos “contratado”, pero, no hemos
conseguido lo que nos habíamos propuesto y lo único que hacemos es
engañarnos a nosotros mismos.
Y es que, la diferencia entre el spot convencional (ya sea off/on) y
la viralidad es que en el primero pagamos a los medios para que la gente
se “coma” los contenidos; en cambio, en lo viral la gente lo vé
comestible y lo devora. El primero lo ve desde el punto de vista de la
obligación, y el segundo desde la del deseo.
Con la viralidad debemos jugar con el engament,
debemos cautivar a las personas. Cautivarlos tanto que quieran
compartirlo con otro porque creen que merece la pena. Y que vayan más
allá. Que lo cuelguen en su muro. Ese muro que podemos decir que es
nuestro ego, en el que nosotros elegimos qué compartimos dependiendo de
la imagen que queremos dar. El muro, nuestro orgullo. Y es ahí donde
tenemos que llegar.
Recordad: Podemos usar todos estos retos para llevar a cabo un viral,
pero no es ninguna fórmula mágica, porque la viralidad no es algo que
se venda, es algo que ocurre inevitablemente.
¿Qué te parece, te animas a comentar tus opiniones? Un saludo